Pese a que una hora antes del inicio de la procesión, llovía, a las 20´00 h. con un cielo raso y con intenso frío, dio comienzo la Procesión del Silencio, con un recorrido más corto del habitual. Todas las Cofradías participantes pusieron sus Pasos en la Calle en poco más de 90 minutos, finalizando el desfile procesional a las 11.40 h. de la noche.
Tras la suspensión de los Desfiles procesionales de los Azotes, el Jueves por la noche y de los Pasos, el Viernes por la mañana, eran muchas las ilusiones puestas en la Procesión del Silencio, por poder vivir la Estación de Penitencia del Viernes Santo.
Tras la muerte de nuestro Señor Jesucristo, desde el final del desfile procesional, hasta la Celebración de la Vigilia Pascual, se inicia un tiempo de desierto en nuestros corazones, que ha de hacernos reflexionar acerca de nuestro compromiso cristiano y de la coherencia entre nuestras manifestaciones, lo que decimos y lo que llevamos a cabo en nuestro día a día, lo que nos debe llevar a despojarnos del hombre Viejo y revestirnos del Hombre Nuevo, para una vez que ha padecido y muerto, Nuestro Señor Jesucristo, en la noche del Sábado, con nuestra participación en la Vigilia Pascual, y posterior procesión del Encuentro entre la Virgen y Jesús resucitado, podamos resucitar con él.
